El gobernador de Missouri, Eric Greitens, detuvo la ejecución de un hombre que, según sus abogados, parece no haber cometido el asesinato por el cual fue sentenciado a la pena capital, tras unas pruebas de ADN que señalan que no se encontraron rastros del condenado en el arma con la que se cometió el crimen. [ Síguelo aquí… ]
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