Baltazar Lemos, residente en Curitiba, Brasil, decidió averiguar cómo reaccionarían sus allegados en caso de que muriera. Y para ello no tuvo mejor idea que fingir su propio deceso. Finalmente se supo la verdad, pero eso no apaciguó la furia de algunos de los que fueron engañados en su buena fe. ( Seguir leyendo…
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