B.) Prueba de la apnea (provocación de la apnea):
Hay una ausencia de la respiración espontánea (la respiración se define como movimientos abdominales o excursiones torácicas capaces de producir un volumen tidal adecuado; si existen dudas, puede conectarse un espirómetro al paciente) después de desconectar el respirador (evalúa la función bulbar).
Debido a que, al aumentar la pCO 2 aumenta la presión intracraneal (PIC), que podría precipitar una hernia cerebral y producir una inestabilidad vasomotora, esta prueba debe reservarse para el final y utilizarse únicamente si el diagnóstico de muerte cerebral es razonablemente seguro.
Los parámetros a tener en cuenta son los siguientes:
Antes de la prueba, ajustar el respirador para alcanzar un valor de pCO 2 mayor o igual a 40 mm Hg (para acortar el tiempo de la prueba y así reducir el riesgo de hipoxemia).
Durante la prueba, pasar flujo pasivo de O 2 a 6 litros por minuto, aproximadamente al nivel de la carina, mediante una cánula pediátrica de oxígeno o un catéter French nº 14 de succión traqueal (cubrir el orificio lateral con cinta adhesiva.
Se produce una hipotensión significativa. La saturación de oxígeno cae por debajo del 80% (en el oxímetro de pulso). Se producen arritmias cardíacas importantes.
Si el paciente no respira durante al menos 2 minutos después de registrada una pCO 2 mayor de 60 mm Hg, la prueba es válida e indicativa de muerte cerebral (si el paciente está estable y los resultados de la gasometría están disponibles al cabo de pocos minutos, puede continuarse con la provocación de la apnea mientras se esperan estos resultados en caso de que la pCO 2 sea menor de 60 mm Hg).
C.) Abolición de la función motriz.
No se observa respuesta al dolor central profundo. Las posturas de descerebración o decorticación verdaderas o las convulsiones, no son indicativas de muerte cerebral. Los movimientos reflejos de liberación medular (incluidos los reflejos de flexión plantar, la retracción flexora, los reflejos de estiramiento muscular e incluso los reflejos abdominales y cremasterianos) pueden ser indicativos de muerte cerebral. Ocasionalmente, pueden estar compuestos por movimientos complejos, incluido el acercamiento de uno o ambos brazos hacia la cara o la incorporación (signo de Lázaro), sobre todo con hipoxemia (se piensa que estos movimientos se deben a la estimulación hipoxémica de las neuronas motoras sobrevivientes en la médula espinal cervical superior). Si se presentan movimientos motores complejos e integrados, es recomendable realizar una evaluación confirmatoria antes de declarar la muerte cerebral.
D.) Ausencia de complicaciones (que podrían simular la muerte cerebral en la evaluación).
En los pacientes que se recuperaron de un coma provocado por pentobarbital (se debe esperar hasta que la concentración de la sustancia alcance un valor menor o igual de 10 mcg/ ml).
No es imprescindible confirmar la muerte cerebral mediante pruebas clínicas confirmatorias (electroencefalograma (EEG), arteriografía, angiografía, radioisotópica cerebral, potenciales evocados auditivos del tronco encefálico), pero el médico a cargo del caso puede utilizarlas según lo considere oportuno.
E.) Periodos de observación, esto son recomendados, durante los cuales el paciente debe cumplir con los criterios de muerte cerebral clínica antes de que se pueda declarar la muerte: